Alí Primera

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lunes, 2 de febrero de 2015

CONCIENCIA EN LAS CANCIONES DE ALÍ


La primera mención que hace Alí a la conciencia es en la canción Esclavos de esclavos (1974): “Problema de generación, no sé si lo planteo claro, pero para mí hay una de dos, una es destruir al amo, y dos es tener un hijo esclavo. Esclavo, esclavo. Su problema de conciencia llévelo al supermercado. Esclavo, esclavo”.  En este canto se utiliza el término conciencia en una línea subjetivista, como algo particular, individual, que Alí confronta desde la realidad económica, desde la más pura ortodoxia marxista. La conciencia es una creación subjetiva que se diluye ante la realidad económica. Al ver la carestía de la vida, la conciencia individual queda desplazada. En el supermercado se descubre la realidad de esclavitud actual que vive el pueblo. Ya no queda otra: o se acepta la esclavitud perpetua o se busca destruir al amo (ojo, no habla Alí de matarlo; en la dialéctica amo y esclavo, la supresión del amo llevaría a su liberación). Igualmente desplaza Alí el problema generacional, al  modo  como suele presentarse al debate en el discurso de la modernidad, como problema central de las sociedades, para situar la centralidad en el plano socio-económico: el tener hijos esclavos es el verdadero problema de las generaciones, y  no su diferencia de edad (en la portada de La patria es el hombre -1977- comparte Alí una anécdota con el viejo Hermenegildo y se refiere a la llamada brecha generacional como un autochantaje).

Sin embargo, no será éste el uso del término conciencia, como falsa conciencia individual, el que predomina en Alí. Pronto se referirá a la conciencia como despertar a la realidad de injusticia social, es decir, como conciencia de clase, tal como lo propone  en su análisis Ludovico Silva.

En Tu palabra (1974) comienza a cambiar de perspectiva. Ahora se refiere a los líderes. Pone de relieve el rol protagónico de la palabra como despertadora de conciencia e invita a los revolucionarios a lanzar la palabra con fuerza, como piedra que instaure la conciencia en el pueblo; como sostén de su corazón herido y debilitado a fuerza de explotación: “sostén con tu palabra / el corazón del pueblo / para que no se caiga… Quien sea sensible / que lance la primera conciencia".

En orden cronológico, la tercera canción que menciona la conciencia hace referencia al lago Coquivacoa (1976), al que describe así: “cuando en la rada se puso negro el lago / estando azulito el cielo”; esta oscuridad se contrapone con su pasado más puro: “¡qué molleja primo / tan cristalino que estaba el lago ayer!”. Percibe con claridad la responsabilidad de la contaminación que no corresponde al pueblo originario indígena: “no es el palafito lo que está matando / todo lo que hay en él”. La responsabilidad recae en los hombres modernos: “que somos nosotros los / que lo están matando, sí”. Y acuña unas frases inolvidables: “la inocencia no mata al pueblo / pero tampoco lo salva / lo salvará su conciencia / y en eso me apuesto el alma”. A la conciencia le otorga Alí un rol salvador. La salvación de la vida depende de esta conciencia, de este modo de ver la realidad para comprometerse con ella. Y esto con el más hondo sentido ecológico y de amor a la Madre Tierra.

En Zapatos de mi conciencia  (1977)se da la siguiente mención. Se trata de la conciencia ante el pobre, conciencia para percibir la realidad de pobreza y comprometerse con ella: “Al ver al viejo descalzo / quise darle mis zapatos”. Pero da un salto, en el sentido de que la conciencia no se queda en la mera sensibilidad ante la situación de pobreza individual, sino que implica el análisis social  y religioso para hacer las debidas distinciones. El viejo le dice a Alí: "No hace falta / lo que importa es tu conciencia / no es importante el ropaje / sino distinguir a fondo / los que van comiendo dioses/ y defecando demonios". El viejo hace crecer la conciencia de Alí. Los zapatos ausentes (prescindibles) en los pies del anciano, evocan los zapatos (imprescindibles) que guían el caminar de vida de Alí: “Zapatos de mi conciencia / mal que bien me van llevando”.
En Canción Bolivariana  (1980) Alí se refiere a la conciencia bolivariana, inspirada en los valores del Padre Libertador. Conciencia que quieren arrebatar al pueblo mediante el engaño. El “carajito” -que así es como llama Bolívar al niño que dialoga con él- dice a Bolívar: “A mi pueblo lo están dejando sin Bolívar”. Y aclara, ante las dudas: “Sin conciencia, Libertador, sin conciencia”.
En la Noche del jabalí (1981) se refiere a la conciencia acerca de la realidad latinoamericana. La conciencia es un disparo que libera. Refiriéndose a Haití explica la situación de represión, masacres y resistencia popular: “¿Que cuántos habitantes tiene? Los que le quedan después de tanta masacre”. De ahí, el llamado final del canto es a la conciencia solidaria con este pueblo al que han dejado solo en su lucha liberadora de la violenta y represora dictadura: “Han luchado solos compañera hasta que nuestra conciencia dispare en la lucha por liberar a Haití”.

Pero donde más claramente hace Alí uso del término conciencia como categoría marxista es en la canción Con el martillo dando  (1984) en la que afirma con rotundidad: “cuando hay conciencia de clase un largo trecho se está ganando”. “Con el martillo dando y no dejarse dar” expresa lo que significa esta conciencia de conflictividad y lucha socio-política. La conciencia de clase hace percibir con claridad la división de la sociedad en clases y la lucha real entre los dueños de las riquezas y las clases trabajadoras.

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